
La unión que falta en Mosconi
“Al que le caiga el poncho, que se lo ponga”, decía mi abuela. Y esas palabras parecen encajar en la realidad que hoy atraviesan algunos barrios de General Mosconi.
El Barrio Gregorio Torres es un ejemplo claro de la desidia que arrastramos. Su situación no está regularizada y, aunque muchos reclaman, pocos ponen la mirada en el verdadero origen del problema: los terrenos se vendieron sin papeles, sin servicios, sin la responsabilidad que por ley debe asumir quien lotea. La ley es clara: quien vende debe garantizar los servicios básicos. ¿Por qué mirar hacia otro lado?

Al mismo tiempo, preocupa la inseguridad: abundan las bocas de expendio de sustancias, y el barrio se ubica entre los más castigados por el robo. Pero en lugar de unirse, muchos vecinos se encierran en la discordia. No es el vecino el rival: el enemigo es la falta de compromiso, la indiferencia y la comodidad.
Cuando se convoca a una reunión por el agua, no faltan excusas: “no, porque Ruarte se entera y me quita la planilla”, o “no, porque va mi vecina y con ella no me hablo”. ¿Así cómo vamos a avanzar? La verdad es que sin organización comunitaria, ningún reclamo prospera.
Lo más triste es ver mujeres insultándose en redes sociales, pero sin capacidad de fijar una fecha, sin ofrecer una casa para reunirse. La madurez se construye sumando, no dividiendo.

Muchos se beneficiaron en el pasado gracias al trabajo de dirigentes como Pepino Fernández, pero hoy parecen haber olvidado esa historia. En cinco años, quienes no avancen con las escrituras verán caducar sus boletos de compraventa. ¿No es hora de salir de la zona de confort?
Las más de 120 marchas del pueblo mostraron siempre a los mismos rostros. De ciertos barrios, muy pocos se vieron. Esa es la verdad incómoda que algunos prefieren callar.
El Estado benefactor terminó, como dijo Milei. Ahora la responsabilidad recae en cada vecino: organizarse, reclamar, asumir compromisos. La crítica fácil desde el sillón no cambia la realidad. La unidad sí.
En definitiva, Mosconi no necesita más insultos en Facebook, necesita madurez, conciencia y unión. Porque si quieren pollito, como decía mi abuela, primero tienen que preparar el nido